7/02/2007

Reflexiones

Cuando mi hija la pequeña se maravilla por cosas tan sencillas como escuchar el ladrido de un perro, contemplar el arco iris y las estrellas, lanzar una pelota, escuchar el ritmo de la música, olfatear la comida y cualquier otra cosa que los adultos damos por sentado que existen; para ella, que está conociendo el mundo es un gran descubrimiento.
Eso me hace reflexionar que cuando nos convertimos en adultos perdemos mucho de nuestra capacidad de percibir los eventos externos a nosotros, por mínimos que parezcan, las cosas mas bellas de la vida, son las sencillas, deleitarnos con el aroma de una flor, escuchar una melodía que nos haga sentir algo diferente, saborear un platillo que gusta a nuestro paladar, la caricia de un niño, observar las bellezas de la naturaleza, etc.
Cuando yo era adolescente, pensaba que la felicidad se escondía detrás de muchas cosas o situaciones: estudio, familia, independencia, vivienda, viajes, etc.
Luché con todas mis fuerzas por alcanzar todo aquello y me sentía orgullosa por los logros que había cosechado, aún bajo las circunstancias que me ha tocado vivir. Aún así me ha servido para saber que todo lo que deseamos de corazón lo podemos alcanzar.
Cuando tuve que atravesar por la situación más difícil de mi vida, perdí el interés y el sentido por todo lo que en su momento me dio una felicidad parcial. La fe me ayudó mucho, saber que somos una mínima parte del universo y que siempre hay alguien que nos cuida, necesitaba creerlo para poder sobrevivir y aprendí que todo sucede con un propósito.
Empecé a darme cuenta que las cosas sencillas de la vida, me brindaban una felicidad mayor y más duradera, a las metas que en algún momento pude alcanzar.
A veces quisiera regresar a como era antes; pero luego me sorprendo cansada y eso me hace meditar ¿vale la pena? La respuesta es sencilla, debemos aprovechar cada minuto de nuestra existencia, como si fuera el último.

10 comments:

SCD said...

Es lo que siempre digo, hay que apoderarse del día y sacarle el jugo al momento porque no sabemos si dentro de 5 minutos ya no estaremos más en este mundo.
Nostalgia siempre habrá, es normal, pero cada etapa de nuestra vida es unica y maravillosa y hay que saber apreciarla sin la constante añoranza de tiempos pasados.
Saludos Mónica!!!!!!

G.Ruiz said...

Cada dia es una nueva aventura, aunque a veces sean rutinarios ninnguno se parece al otro asi que debemos fijarnos mas en los detalles para encontrarles su propio color.
Asi que disfrutar de cada instante.

La Chachi said...

Cuando aprendemos a vivir cada instante y apreciar los detalles, es cuando nos sentimos satisfechos y alegres de vivir.

EL ENMASCARADO said...

Decia Russel Means, que una vez cuando pequeño lo llevo la mama a un museo, y estaba ahi una exposicion de un señor que no tenia manos...Pintaba con los pies, y cabe la casualidad que estaba ahi, pintando, y fue una imagen perpetua en su memoria...Hasta que ya grande, le dijo la mama, esta vez ancianita, que saliera al jardin y que viera en el arbolito, estaba un pajaro construyendo su nido, y el no le entendio hasta despues de media hora que entre cantos y brincos, un ser sin MANOS tambien....hacia su casa...

Un abrazo.

Roberto Lone said...

En las cosas sencillas se aprende a valorar que muchas cosas son un medio para vivir y no un fin.

Es muy valioso que nos compartas lo que te dió un verdadero sentido de la vida y sus detalles: la fe.

Si todos tuvieramos fe, de seguro el mundo sería un mejor lugar para vivir.

Mónica Lima Quinto said...

scd, el camino de la vida es un fantástico descubrimiento
Gustavo, que bonito te salió y que gran verdad.
ch, aunque a veces con el corre corre de la ciudad y el tiempo limitado se nos hace difícil apreciar los detalles, pero se consigue.
Juan, interesante historia y su contenido.
Roberto, totalmente de acuerdo, seríamos un mundo mejor.
Saludos amig@s

Calle Quimera said...

No puedo estar más de acuerdo contigo. Aprovechar los pequeños momentos, sacarles partido, disfrutar a tope de ellos, eso es ser feliz. En mi opinión la felicidad como tal no existe, es la suma de momentos felices. Y nada como las cosas sencillas de la vida para procurarnos esos momentos...

Besos.

Mónica Lima Quinto said...

Calle quimera, la vida como tu muy bien lo expresás, se compone de buenos y malos momentos, debiendo atesorar los buenos y aprender de los malos.
Saludos hasta España

Pedro J. Sabalete Gil said...

Es un tema muy recurrente en mi blog y en lo que escribo en él que lo peor que nos puedes pasar es que perdamos el niño que fuimos bajo una pesada carga de prejuicios.

Recuperar la mirada pura del niño, el recurso mágico de la fantasía.

Me parece una entrada bellísima Mónica, además de que me gusta que pienses así.

Saludos.

Mónica Lima Quinto said...

Goathemala, gracias por tus comentarios y que tengas una buena semana.