La cotidianidad

Hace aproximadamente seis años corría, (aunque en ese tiempo desconocía que era un ejercicio contraproducente para mi) después de la operación caminaba, antes del embarazo bicicleteaba por los alrededores, pero desde mi nueva condición de madre por segunda vez, no he tenido tiempo de hacer ejercicio en forma sistemática; sin embargo este fin de semana que Elda se enfermó, tuve la necesidad de ir con ella a dar un paseo a pie, porque se sentía aburrida. Donde yo vivo es un lugar rodeado por mucha fauna y flora, el paisaje es realmente fascinante, casi paradisíaco; me encantó el paseo porque ya llevaba varios meses de “encierro”.
Dentro de mis propósitos inmediatos se encuentra, salir con mas frecuencia, es decir, no solo al trabajo, la universidad, el hospital; increiblemente la rutina nos hace insensibles, es decir, realizar las actividades de toda la semana sin tener un tiempo propio, lo cual nos ayuda no solo a desestresarnos sino también contribuye a mejorar nuestra salud física y mental.

A propósito de.....

Víctor Frankl

Cayó en mis manos el libro “El hombre en busca del sentido último”, a raíz de una situación sumamente difícil que me encontraba enfrentando y realmente quedé fascinada con su lectura. La historia va mas o menos como la expongo a continuación:
Víctor Frankl médico judío vienés, durante la segunda guerra mundial estuvo preso junto con su familia, en los campos de concentración durante la época del holocausto, allí mueren su esposa, madre, padre, hermano y cuñada. Se encontraba despojado de sus seres queridos, profesión, pacientes, hospital, hogar y de sus pertenencias, es decir, de lo que le daba sentido a su existencia, al igual que todos los demás compañeros de infortunio, muchos de los cuales se quitaron la vida, pero él encontró uno nuevo sentido: sobrevivir
Dadas las circunstancias inimaginablemente difíciles, utilizó las situaciones adversas no para su destrucción sino para la construción de una teoría psicológica, con la cual se beneficiaría la humanidad, que es la Logoterapia.
Para poder superar el dolor al que se encontraba sometido, se apoyó en varios aspectos para sobrevivir, por ejemplo, la experiencia del amor, la que le daba la fuerza para seguir luchando contra las atrocidades de que fuera objeto y definía como la meta más elevada y esencial a la que puede aspirar el ser humano, el sentido del humor, lo que le autorizaba a interrumpir el pesado trabajo, el pasado, con el cual se enriquecía a través de las vivencias anteriores, la espiritualidad, que para Frankl es un diálogo intimo con el más íntimo de los amigos, y por último, la soledad, esos breves momentos en los que podía recuperar algo de su intimidad y privacidad.
Al final de la guerra, Frankl constató que estaba destinado a vivir “para algo”, sin embargo tuvieron que pasar varios meses para que pudiera sobreponerse a las experiencias vividas y a sus pérdidas para regresar al trabajo de su manuscrito en donde narra su vivencia en los campos de concentración. Esta publicación, que inicialmente se llamó "Un psicólogo en un campo de concentración" es la que actualmente lleva por nombre “El hombre en busca del sentido ultimo”, la que ha sido publicada en 18 idiomas.
Una cosa es leer y otra cosa es hacer propia la lectura, cuando me apropié de ésta, me percaté de la riqueza del libro, el mensaje que encierra, la logoterapia como teoría y técnica psicoterapéutica, cuyo objetivo es, encontrarle el sentido a la existencia que cada uno de nosotros tenemos.

Si volviera a nacer

Estas reflexiones las realizo por haber llegado el pasado 15 de mayo, a otro año más de vida.
Hace algún tiempo atrás, me formulé esa misma pregunta y la respuesta en ese momento, estaba encaminada a que me hubiera gustado hacer cosas diferentes: sería médico genetista, bailarina clásica, aprendería a tocar un instrumento como piano o violín, o tal vez algún arranque de los que hacen los adolescentes.
Son sueños que han quedado en el pasado y que han ido cambiando por otros más satisfactorios en el aspecto personal.
Me siento agradecida por las circunstancias que han forjado mi historia, les llamemos positivas o negativas, alegres o tristes; ya que gracias a ellas he aprendido bastante de la vida y de mi misma; así es como se va entretejiendo nuestra existencia, cada acontecimiento con el que nos enfrentamos lleva a otro y cada uno nos deja más de algún regalo en cuanto a aprendizaje, es así también, como vamos adquiriendo la madurez necesaria para afrontar las nuevas situaciones que se nos presentan.

En conclusión, si yo volviera a nacer no cambiaría nada de lo que he vivido; me gustaría atravesar el mismo camino; ya que ello me ha permitido ser quien soy, con mis cualidades y defectos de carácter y no otra persona diferente. ¿Para bien o para mal? La historia me juzgará

Los cambios de los niños

ANTES

Hace aproximadamente diez años así estaba mi hija y sobrinos, de izquierda a derecha: Mónica, Javier, Andrea y arriba Katy

DESPUÉS

La transformación indudablemente se puede apreciar en esta foto, donde se encuentran mi hija Mónica, mis sobrinos y la nueva integrante en la familia, de izquierda a derecha: andrea, Mónica, Javier, Katy y adelante Elda Gabriela. ¿Se nota el cambio?

La Subjetividad

La subjetividad es un concepto que para poder comprenderlo es necesaria la fusión de dos ciencias: la Filosofía y la Psicología.
El aporte de la Filosofía es que la subjetividad "se refiere a las específicas interpretacines que disciernen cualquier aspecto de la experiencia".
Así mismo, el aporte de la Psicología es que esas interpretaciones "son únicas para la persona que las experimenta, son cualidades subjetivas de las experiencias mentales y sólo son accesibles a la conciencia de esa persona, aun cuando ciertas partes de la experiencia son objetivas y accesibles a cualquiera, otras son únicamente producto de la persona misma".
En una reunión de colegas que viajaron a un congreso que tuvo su sede en Cuba, se tocó el tema de un taller sobre la subjetividad, dictado por el Dr Sotolongo, cuyo punto de vista me ha parecido bastante interesante destacar.
Según el doctor Sotolongo, la subjetividad es tanto individual como social, se construyen y desconstruyen los elementos que la integran desde la cotidianidad de cada persona.
Los comentarios expresados por los compañeros, nos muestran una vida bastante contrastante en Cuba, en comparación con la de Guatemala y los demás países capitalistas; en Cuba, las personas viven una vida SLOW, producto de que todos tienen iguales condiciones económicas, en cambio acá, nos movemos a un ritmo acelerado, para un sector, lo que se persigue es satisfacer las necesidades básicas que sustenten una vida digna: alimento, techo, vestuario, condiciones básicas de salud, educación, etc, y para otro sector, el trasfondo es alcanzar cada vez más posesiones materiales; según sean las condiciones, será la subjetividad, lo que se introyecta de las experiencias cotidianas.

Mujeres en tierra machista

Acá en Guatemala y en varios países, en donde domina la tendencia machista, es muy difícil sobrellevar y conciliar el hecho de ser mujer y ganar un espacio de cualquier tipo en esta sociedad porque existe un estigma con el hecho de ser mujer, el cual cuesta sobrellevar y que empieza desde el nacimiento, normalmente se les toma a las mujeres como compañeras del hombre y sus obligaciones son: no opinar, cocinar, lavar, planchar, mantener ordenada la casa y procrear.
Por supuesto que todo esto puede cambiar, pero lamentablemente son en su mayoría las mismas mujeres, las que siguen perpetuando esa forma de pensar; conozco a mujeres con todo tipo de cultura y preparación, pero ello no impide que sean ellas mismas las que inculquen pensamientos a sus hijos como: las niñas deben servirle los alimentos primero al papá y los hermanos varones, el papá tiene una carga muy pesada laboralmente; lo contrario de la mamá, los niños que lloran no son verdaderos hombres, en el momento del parto son las niñas las más difíciles de nacer y otras ideas disparatadas sin ningún fundamento.
He conocido profesionales destacadas que han escogido seguir su profesión y estar sin pareja, porque no es dable en nuestra sociedad combinar ambos roles (no en todos los casos).
Cuando nació mi primera hija, me alegré mucho de que fuera niña y nunca me he sentido decepcionada, siempre cuando voy a recoger calificaciones, maestras y compañeras de estudio me felicitan, dicen que tengo suerte en tenerla como hija, porque además de ser una joven sumamente inteligente, tiene valores como solidaridad, entrega en lo que hace, colaboración, entusiasmo, socialización, responsabilidad y muchos otros. Espero que Elda se parezca mucho en actitudes a su hermana Mónica y que también se sienta realizada y me brinde satisfacciones de todo tipo.

El tiempo

El tiempo no es únicamente la unidad de medida que nos ofrece el reloj, es la percepción que le damos a eso, de lo cual se compone nuestra permanencia en este mundo.

Hace aproximadamente tres años, durante algún tiempo, me parecía tediosa la vida, sentía que el día no terminaba y la hora más esperada para mi era la noche, aunque despertaba a las 3:00 A.M., sin poder volver a conciliar el sueño; estaba muy cansada física y emocionalmente, sensaciones muy molestas para una persona adicta al trabajo, pero gracias a Dios y a mi apreciado padrino César Reyes, eso es cosa del pasado.

Hago este recuento de experiencias para contrastarlas con el significado presente del tiempo. Ahora no me alcanza el día, tengo tantos propósitos y metas por cumplir; a veces me despierto muy temprano, a las cuatro de la mañana pero no con sensaciones incómodas como antes, sino resolviendo mentalmente algunos problemas: familiares (siempre los hay), de trabajo y de mi proyecto de autorealización personal, que quedaron pendientes del día anterior.

Valoro en toda su dimensión mi propia existencia, cada experiencia, cada momento puedo experimentarlo y disfrutarlo, ahora si puedo decir como la canción del "Tambor de la Tribu" ¡Que viva la vida!