Hace ya algunos años, trabajo con adolescentes y actualmente soy mamá de una, he tenido que dictar algunas conferencias sobre el tema , desde luego basándome en los conocimientos que tengo y mi experiencia, no cabe duda que los adolescentes son un gran enigma, no creo que haya otra etapa en el desarrollo del ser humano más difícil de manejar que la adolescencia, sin embargo no es algo imposible, solo se necesita estar seguro de si mismo y una gran dosis de paciencia y cariño hacia ellos. Por ello es muy importante nuestro desarrollo emocional, contrario a lo que se cree en relación a que es una pérdida de tiempo y dinero, es una buena inversión.
Lo más trascendental de este período es comprender que ellos andan en busca de IDENTIDAD, y de allí gira su conducta aparentemente desorganizada, impredecible, rebelde, desafiante. Definitivamente buscan a quien parecerse, principalmente a una persona que admiran, ya sea como se comporte, qué valores tiene y hasta como se viste, desde luego, que no se parezca a sus papás; por ello es que vemos a nuestros hijos e hijas vestidos de forma similar, hablando de determinada manera y haciendo cosas que nosotros no hacemos, ya sea positiva o negativamente.
Cuando un niño, ha tenido dificultades en su desarrollo, principalmente de violencia (física, emocional, sexual, por negligencia), está más proclive a verse afectado por este período de la vida, ya que allí precisamente se maximizarán esos conflictos, aunado a esto, conlleva lidiar con los cambios físicos-sexuales, por ello es importante el acompañamiento durante todo su desarrolo, empleando mucha empatía y tratando de comprenderlos, porque ¿quién no ha pasado por allí?
No se puede negar, que es un período personalmente conflictivo pero feliz, pues es el momento en la que se forjan nuestros sueños, metas, ideales, lo que se pretende hacer en el futuro, el primer paso de ésto es la elección vocacional en donde se van a plasmar nuestros objetivos de vida.
1 comment:
Tuve tres adolescentes en casa. Lo único que se podía hacer era dejarlas crecer a su aire y estar allí, cerca, para cuando se llevaran algún porrazo. Generalmente la mayor parte del trabajo materno se hace antes. Si no se lleva a cabo, las cosas suelen ir mal. Pero tuve que esperar bastante tiempo a que me dijeran --ellas solas-- que he sido una buena madre. A veces creo que así es.
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