En la USAC, en donde relicé el pregrado de Psicología y en la UMG, en donde estudié el postgrado, he tenido excelentes maestros, en el momento me vienen a la mente un puñado de nombres y rostros, personas que con su preparación y experiencia en la carrera, me formaron profesionalmente, pero, mis verdaderos maestros son, mis pacientes, aquellas mujeres y hombres que se mostraron vulnerables emocionalmente, se expusieron, confiaron y buscaron en mi, consuelo o ayuda para diferentes problemáticas, de ellos es el mayor conocimiento que he adquirido durante los últimos quince años profesionales, han sido mi mejor escuela, y de ellos sin duda, voy a seguir aprendiendo, porque las relaciones con otras personas se dan en doble via, se ayuda y sea prende, se enseña y se aprende.
Cuando se egresa de la Universidad, se poseen muchos conocimientos teóricos, que son la base de toda profesión, sin embargo la práctuica es lo que nos dá ese "ojo clínico", tan necesario para quienes trabajamos en el área de la salud.
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