El día 20 de octubre de 1994, fue condecorado en manos del presidente, Lic. Ramiro De León Carpio, el Sr. Ricardo Lima, mi papá, por haber participado exitosamente en la gesta revolucionaria en Guatemala del 20 de octubre de 1,944 y por cumplirse cincuenta años de la misma.
Cómo escribir tanto recuerdo, mi primera operación de corazón abierto, cuando yo contaba con 10 años de edad, en la que él me acompañó muy de cerca, toda mi educación hasta culminar con mi graduación profesional como Psicóloga, mi boda, el nacimiento de mi hija, y en cada uno de estos acontecimientos mi papá jugó un papel protagónico siempre apoyándome, aunque con las situaciones muy propias de su personalidad, pero yo sabía que él me amaba y que hubiera dado la vida por mi especialmente.
El siempre decía que yo era la hija que más lo entendía y en cierta forma era así, luché mucho por entenderlo ya que siempre fui muy dependiente de mis papás en especial de él, acudí a grupos de ayuda durante mucho tiempo hasta que al fin pude llegar a la comprensión de él como persona compleja que somos todos.
Dios siempre nos da lo que necesitamos en el momento justo, y le agradezco que este entendimiento de él lo tuviera antes de su fallecimiento ya que después de eso lo pude amar con un amor puro, sin los condicionamientos que los seres humanos le imponemos a las personas que nos rodean.
Deseo agregar que mi papá siempre fue un hombre muy luchador, diligente, no tan fácilmente se daba por vencido, siempre se aferró a la vida, por ello, su enfermedad fue tan prolongada.
Pese a que únicamente tuvo instrucción elemental, llegó a ocupar por más tiempo que ninguno, la posición administrativa más alta en su ramo dentro de una de las empresas más grandes y exigentes de Guatemala a la que siempre le fue leal.
Estuve con el ese día en que le diagnosticaron cáncer de próstata, hace ya algunos años, lo acompañé en sus exámenes, a los hospitales, clínicas, estuve con él a veces de lejos, a veces muy de cerca viendo como se extinguía la luz de su vida, hasta el momento de su último suspiro.
Mi papá me hace mucha falta, escuchar sus comentarios, sus chistes, sus consejos, sus historias, sus pláticas interminables del ejército, su ayuda en varias situaciones que yo necesitaba, lamento mucho que el no estuviera para mi graduación de post grado y el nacimiento de mi segunda hija, ya que yo realmente no deseaba que se fuera.
Cómo escribir tanto recuerdo, mi primera operación de corazón abierto, cuando yo contaba con 10 años de edad, en la que él me acompañó muy de cerca, toda mi educación hasta culminar con mi graduación profesional como Psicóloga, mi boda, el nacimiento de mi hija, y en cada uno de estos acontecimientos mi papá jugó un papel protagónico siempre apoyándome, aunque con las situaciones muy propias de su personalidad, pero yo sabía que él me amaba y que hubiera dado la vida por mi especialmente.
El siempre decía que yo era la hija que más lo entendía y en cierta forma era así, luché mucho por entenderlo ya que siempre fui muy dependiente de mis papás en especial de él, acudí a grupos de ayuda durante mucho tiempo hasta que al fin pude llegar a la comprensión de él como persona compleja que somos todos.
Dios siempre nos da lo que necesitamos en el momento justo, y le agradezco que este entendimiento de él lo tuviera antes de su fallecimiento ya que después de eso lo pude amar con un amor puro, sin los condicionamientos que los seres humanos le imponemos a las personas que nos rodean.
Deseo agregar que mi papá siempre fue un hombre muy luchador, diligente, no tan fácilmente se daba por vencido, siempre se aferró a la vida, por ello, su enfermedad fue tan prolongada.
Pese a que únicamente tuvo instrucción elemental, llegó a ocupar por más tiempo que ninguno, la posición administrativa más alta en su ramo dentro de una de las empresas más grandes y exigentes de Guatemala a la que siempre le fue leal.
Estuve con el ese día en que le diagnosticaron cáncer de próstata, hace ya algunos años, lo acompañé en sus exámenes, a los hospitales, clínicas, estuve con él a veces de lejos, a veces muy de cerca viendo como se extinguía la luz de su vida, hasta el momento de su último suspiro.
Mi papá me hace mucha falta, escuchar sus comentarios, sus chistes, sus consejos, sus historias, sus pláticas interminables del ejército, su ayuda en varias situaciones que yo necesitaba, lamento mucho que el no estuviera para mi graduación de post grado y el nacimiento de mi segunda hija, ya que yo realmente no deseaba que se fuera.
A veces nuestra mente terrenal no llega al entendimiento de las cosas divinas, siempre renegué a Dios el hecho de verlo sufrir tanto, eso me hacía sentir impotente y creo que no fue justo para los que lo amábamos, pero actualmente estoy segura que Dios le dió una nueva oportunidad de redimirse, y sé que él está en su presencia y acompañandome en cada momento de mi vida.
Por: Mónica Lima Quinto M.A. Psicología Clínica
1 comment:
Querida amiga: bienvenida a la web. Creo que usted también está luchando por lo que cree. La felicito
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