10/02/2007

El triángulo de Karpman

Codependencia es una adicción a una persona y al problema de esa persona. Es una adición a la relación y a los problemas que trae o qu acarrea la relación.
Es un patrón de conducta, sentimientos y creencias aprendidas, que hacen la vida dolorosa. Es una dependencia a la gente y las cosas que lo rodenan y trae como consecuencia el descuido de la persona codependiente hasta el punto de no tener identidad propia.


En relación a la codependencia se visualiza el triángulo de Karpman, cuyos tres lados corresponden al controlador, el rescatador y la víctima.

El Controlador:
El intento de controlar y dirigir el cambio de las personas, nos hace que quedemos a merced de éstas. El controlador pasa a ser controlado. Y si ya de por si es malo ser controlado por alguien aun es peor ser controlado por la enfermedad de una persona, ya sea el alcoholismo, la ludopatía, un desorden de alimentación o de cualquier adicción.

Rescatador:
Consiste en hacer cosas por los demás que son perfectamente capaces de hacer por si mismos y que probablemente deberían estar haciendo.
Por alguna razón en algún momento de nuestra vida asumimos que nuestra obligación o deber era cuidar de los demás, que esa manera de actuar nos ennoblecía y nos confería nuestro valor más intrínseco como personas. Es por eso que podemos malgastar nuestra vida rescatando a las personas que nos rodean.
Rescatamos cada vez que nos hacemos cargo de las responsabilidades de otro ser humano, de los pensamientos, los sentimientos, las decisiones, la conducta, el crecimiento, el bienestar, los problemas o el destino de otra persona”.
Lo paradójico es que una persona equilibrada y emocionalmente estable no aceptará que nadie le rescate, entre otras razones, porque ella misma es perfectamente capaz de identificar y resolver sus problemas.

La víctima:
son las personas que no sólo aceptan ser rescatadas, sino que refuerzan todos nuestras conductas y comportamientos rescatadores, al menos al principio.
En relación a este esquema, se van cambiando los roles, la víctima pasa a ser controlador, el controlador a ser rescatador y el último a ser la víctima.

La codependencia se puede entender como una cierta adicción a las personas, nuestra “droga” por así decirlo, son las personas que dejan que desempeñemos nuestro rol favorito, tanto es así que nosotros pasamos a ser controlados por esa necesidad de reafirmarnos con ese comportamiento. Frecuentemente el codependiente termina enamorándose o quedando estrechamente ligado a una persona alcohólica o con algún otro trastorno compulsivo, lo cual termina por abocarle sin remedio a su destrucción emocional si es que no toma medidas antes.
No se puede cambiar a las personas, cuidar y rescatar de los demás es una manera de escapar de nuestros problemas. Es una conducta basada en una premisa falsa, ya que no se puede cambiar a las personas. Desde luego que las personas cambian, pero lo hacen cuando ellas quieren, cuando les llega su momento y cuando están preparadas para hacerlo. }

Hay esperanza para el codependiente:
Llegado un momento, la vida del codependiente se convierte en una pesadilla, en algo inmanejable, en una obsesión y preocupación continúa por los problemas de otra persona, es cuando por así decirlo tocamos fondo, debemos agradecer eso, ya que buscamos ayuda para resolver nuestro padecimiento.
Es un proceso lento, con muchas recaídas, porque no hay que olvidar que el comportamiento codependiente en un principio nos hace feliz, nos crea la ilusión de que conseguimos algo. Poco a poco uno se va sintiendo mucho mejor, más equilibrado y más fuerte. Con esfuerzo y empeño se consiguen adquirir los nuevos recursos que nos ayudaran a lidiar con el día a día de una manera más racional, entendiendo el ritmo de la vida, el momento en el que estamos y en el que están los que nos rodean... y lo más importante progresivamente nos conseguimos liberar de la pesada carga que supone intentar cambiar y controlar a las personas que nos rodean o amamos. ¿Quién no ha soñado en cambiar la conducta de su pareja?
La manera mas segura de volvernos locos es involucrarnos en los asuntos de los demás y la manera más rápida de volver a estar sanos y felices es atender nuestros propios asuntos.
Los grupos de autoayuda de doce pasos para codependientes también ayudan bastante en esa terrible lucha consigo mismo.

25 comments:

Lizeth said...

Creo que he sido una de esas personas casi toda mi vida y además he sido los 3 lados de ese trìàngulo. Tienes razòn es una pesadilla.
Gracias por compartir todo eso.
Dios te bendiga.

reikiaduo said...

Muy interesante y "divulgativo"

¿Es parecido al masoquista que pasa a comportamiento "sado" cuando le llega una oportunidad (y al revés igual)?, me refiero a ese intercambio de roles que señalas

Ya sabes, "El Miedo a la Libetad" fue para muchos de mi generación uno de los grandes descubrimientos de nuestra época universitaria

G.Ruiz said...

Interesantisimo Post Monica, no cabe duda que en algun momento de nuestras vidas hemos estado en ese triangulo intercambiando roles segun se han dado las cosas.

Muy buena lectura, la que nos has puesto.
saludos

Mónica Lima Quinto said...

Lizeth, la buena noticia es que siempre hay esperanza para enmendar, es una lucha dìa a dìa con uno mismo.

Reikiaduo, en el sentido de cambio de roles si es igual al sado masoquista, aunque es una parafilia. ¿Qué década fué esa?

Guty, efectivamente, todos jugamos esos roles, es parte de la cultura y nuestra condiciòn humana.

Es un beneficio de doble via, ya que yo también "desempolvo" los pocos conocimientos que tengo.
Gracias a todos por sus comentarios y por la visita

EL ENMASCARADO said...

El triangulo es una de las formas fisicas mas estables.
Creo que en algun momento de mi vida tambien he estado en cualquiera de los tres lados de la forma geometrica.

Sabes (talvez porque mañana es mi cumpleaños!) Hoy mas que nunca creo que hay que ponerle atencion AL VIAJE Y NO TANTO A LA DESTINACION.

Buen post, Saludos.

Pirata Cojo said...

Interesante, muy interesante

Calle Quimera said...

Muy interesante, Mónica. Es fácil ver reflejado aquí a más de una persona de las que conocemos, o incluso a veces a nosotros mismos.

Quizás el codependiente sea un tipo de persona con escasa autoestima, que necesita sentirse útil para de alguna manera justificar su existencia... Creo haberte entendido que es, además, una forma de evadirse de los propios problemas... Probablemente sí, llega un momento en que ese tipo de persona necesita ayuda. Por suerte, la hay..

besos.

SCD said...

Interesantísimo... saludos!!!

reikiaduo said...

Me refería a los alrededores de 1975

Fue un cambio radical de la sociedad española, y a la universidad de entonces nos pilló de algarada en algarada

Pedro J. Sabalete Gil said...

Me requetepregunto que es lo que yo soy....tal vez rescatador las más de las veces.

Ciertamente instructivo.

Saludos.

ale said...

Super interesante, y además ¡UTIL! Lo resumiste muy bien. Gracias Mónica

Mónica Lima Quinto said...

Juan, bién por ti.

Pirata cojo y SCD, tienen razón, es bastante interesante visto desde lejos.

Calle quimera, precisamente eso sea, falta de autoestima, pero también en algunas culturas propicia la codependencia y se aplaude, son patrones aprendidos.

Reikiaduo,¿En 1,975 hiciste tu postgrado en España?

Gohatemala, hay que guardar un equilibrio con los tres lados, nosotros (yo), los que poseemos profesiones de servicio como por ejemplo, psicólogos, médicos, psiquiatras, enfermeras, maestros, sacerdotes, trabajadoras sociales, etc. casi siempre somos rescatadores, pero eso nos debilita en gran medida.

Ale, muchas gracias.

Les agradezco la visita y sus comentarios.

Daniel de Witt said...

He aprendido algo. No conocía nada sobre este tema, y me resultó muy interesante. En realidad, creo que todos tenemos un poco de esta adicción, aunque sea en pequeña escala, o me equivoco?
Un abrazo.

Calle Quimera said...

Gracias por ayudarnos a ser nosotros mismos ,Mónica. Abrazos y salud!!!!

Roberto Lone said...

Un saludo antes que nada Mónica y un agradecimiento por la preocupación tuya en estos días respecto a mi persona.

Excelente tema, nos ayuda a desglosar algunas partes de nuestras vidas, por ejemplo: yo casi he sido siempre rescatador, pero muy difícil que alguien me rescatara a mí cuando no hacía lo que yo sabía era mi responsabilidad.

Con las vueltas y los tmbos que la vida nos da, son los pasajes de vacas gordas los que nos ayudan a equilibrarnos mucho. Cuando vienen los tiempos de vacas flacas, entonces estaremos mejor preparados, y como tu dices, es un proceso lento y a veces puede ser desesperante si la persona es co-dependiente y obsesivamente.

Sobre tratar de cambiar a las personas. En este punto debo decir que mi manera de ser no tolera a la persona que no es autocrítica y que no es capaz de de ver sus propios defectos. nadie puede cambiar a nadie, mu cierto, sin embargo las personas siempre estamos esperando que los demás cambien. Esto si es necesario, debe empezar en uno mismo, tal vez aquí, encontramos en otras personas un punto de apoyo que nos ayude a concientizar y abrir nuestra mente y corazón. eso mismo me pasó cuando terminé de leer esta publicación. Me hicistes retroceder unos 20 años atrás.

Bendiciones!

PROSÓDICA said...

GRACIAS MONICA!!!! de todo corazón te lo digo, porque me ha servido como orientacion, agua, y respiro a como me he sentido últimamente en ciertos aspectos de mi vida. Es más, va de la mano con mi última entrada. Me encanta tu blog por que siempre aprendo mucho.
Gracias por acordarte de mi apesar de que mis visitas no han sido tan seguidas últimamente, de verdad lo aprecio.
Abrazotes

Mónica Lima Quinto said...

Daniel, el ser humano por ser tan complejo tiene esa tendencia.

Calle quimera, gracias pero no es para tanto.

Roberto, no sabés el gusto que me da tu visita, gracias por tus palabras.

Acentuando, el gusto por el blog es mútuo ¿cómo va la preparación para tu examen?

Muchas gracias a todos por sus comentarios y por la visita.

Fran Invernoz said...

Un comentario interesante sobre una situación que le puede pasar a cualquiera,si no le ha pasado antes.

la-filistea said...

Y pensar que a veces uno lo hace porque cree que todo esto es parte de nuestra obligación, sin caer en cuenta que estamos siendo utilizados o utilizamos.

Pero como dices Mónica, siempre se puede enmendar.

Woww que interesantote este tema!

Chaludos.

Mónica Lima Quinto said...

Martín Bolivar, creo que a todos nos ha pasado en mas de alguna oportunidad.

Filistea, totalmente de acuerdo contigo.

Gracias a todos por sus comentarios y por la visita

Inés said...

Querida Mónica: Soy presidenta de FUNDAPAP (Fundación para la Asistencia de Personas Adictas a Personas) www.fundapap.org, de Buenos Aires.
Gracias por difundir algo de esta nueva adicción de la sociedad de consumo, surgida porque nos obliga a creer que el centro de poder está afuera y hay que deformarse para agradar. ¡Gracias! Inés

Inés said...

Querida Mónica: Soy presidenta de FUNDAPAP (Fundación para la Asistencia de Personas Adictas a Personas) www.fundapap.org, de Buenos Aires.
Gracias por difundir algo de esta nueva adicción de la sociedad de consumo, surgida porque nos obliga a creer que el centro de poder está afuera y hay que deformarse para agradar. ¡Gracias! Inés

Inés said...

Querida Mónica: Soy presidenta de FUNDAPAP (Fundación para la Asistencia de Personas Adictas a Personas) www.fundapap.org, de Buenos Aires.
Gracias por difundir algo de esta nueva adicción de la sociedad de consumo, surgida porque nos obliga a creer que el centro de poder está afuera y hay que deformarse para agradar. ¡Gracias! Inés

Inés said...

Querida Mónica: Soy presidenta de FUNDAPAP (Fundación para la Asistencia de Personas Adictas a Personas) www.fundapap.org, de Buenos Aires.
Gracias por difundir algo de esta nueva adicción de la sociedad de consumo, surgida porque nos obliga a creer que el centro de poder está afuera y hay que deformarse para agradar. ¡Gracias! Inés

Inés said...

Querida Mónica: Soy presidenta de FUNDAPAP (Fundación para la Asistencia de Personas Adictas a Personas) www.fundapap.org, de Buenos Aires.
Gracias por difundir algo de esta nueva adicción de la sociedad de consumo, surgida porque nos obliga a creer que el centro de poder está afuera y hay que deformarse para agradar. ¡Gracias! Inés